miércoles, 14 de mayo de 2008
El filtro, para los cafés
En este día, romboide rojo tan feo, me doy cuenta que no sé escribir. Que si no tengo que poner que subió el pollo o bajó el dólar, no sé arrancar. Es grave. Luego de que varias personas me lo hayan dicho, hoy es grave porque hoy lo creo. Hoy leí que Van Gogh le escribió a su hermano que le importaba un pito que sus cuadros reflejaran con exactitud los contornos de las personas que pintaba. Cuando dibujaba un campesino cavando, decía, no le importaba que fuera un reflejo fotográfico de un campesino cavando, como celebraba la academia. El pintaba lo que sentía que era un campesino cavando, para que el que mirara el cuadro sintiera que ese campesino estaba cavando. Creo que lo que me hace falta es eso. Escribir como sale, que en el fondo es vivir como sale. Amar como sale. Quemar esas reglas de escritura periodística, el volver al principio para releer y evitar errores. Será difícil, de hecho ahora no lo puedo dejar de hacer. Pero eso es. Con el tiempo hay que lograr escribir casi facilitando el error. Por placer, para fluir, para compartir, para disfrutar. Para escribir como sale, que es amar como sale. Sí, este blog -desde su creación-es amar como sale.
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