jueves, 26 de junio de 2008

Simpleza

Los chinos no andan con vueltas. Para decir "desear" y para decir "pensar", usan la misma palabra: xiang, en tercer tono.

lunes, 23 de junio de 2008

El legado de Berugo

Algún día, un congreso de lingüistas le reconocerá a Berugo Carámbula (que -lamentémoslo-, es uruguayo) haber aportado desde su viejo y querido "Atrévase a soñar", frases que hoy forman parte de nuestro español. O al menos del mío:


- "Basta de cháchara", decía después de hacer bromas al principio del programa y antes de lanzar los juegos.

- Quién no ha usado el clásico "Alcoyana-Alcoyana", que emergía del panel de las coincidencias. Su segunda versión es el "Ultracomb-Ultracomb".

- Lo del "enano chupatierra" para referirse a la aspiradora que formaba parte de los regalos es un hallazgo, por lo descriptivo, lo sintético y lo bien que suena.

- Y cuando el programa se acercaba al cierre, Berugo -a esta altura, "el gran Berugo"- decía: "Los sueños, sueños son, pero aquí se hacen realidad".


Gracias Berugo Carámbula, nos dejaste casi tantas frases como el Mayo francés.

jueves, 19 de junio de 2008

La nota que falta

Recontrapodrido del conflicto con el campo, propongo una nueva mirada: ¿cómo impacta la pelea con el Gobierno en la vida sexual de los chacareros? Quizás no sea muy difícil encontrar un productor que grite en el tono De Angelis: "Hace 100 días que no tengo sexo por culpa de las retenciones". O una entrevista a fondo con el monótono y lacónico Mario Llambías confesando: "La verdad, con la alícuota del 35% yo era un semental". Se podría a su vez interrogar alguna de las señoras de los sojeros para que rememoren encuentros fogosos en la 4x4, o a alguna otra que tire: "¿Esto también me lo puede compensar Ricardo Echegaray?". Un recuadrito podría hablar del temor de los ruralistas de ser abandonados "por algún industrial, aunque ahora no sé, porque andan con el dólar caído". Y para nivelar un poco el artículo, habría que contar si se han formado nuevas parejas a la vera de la ruta.

lunes, 16 de junio de 2008

Extraño el potrero

Un pedazo de tierra, arcos improvisados o a lo sumo hechos con palos, una pelota descascarada y ganas de jugar al fútbol. Punto. Tardes enteras de patear, gambetear, correr. No importaba ni si quiera el resultado, la duración del partido. Nada. No sé cuándo fue la última vez que jugué un picado, pero cómo se extraña. Un picado en serio, digo, que no tiene nada que ver con un partido en las canchitas que se alquilan en la ciudad. Antes de empezar, a veces se gritaba "Equipo Garae, el que la tira la trae", porque las delimitaciones de la cancha no eran claras y un pelotazo podía terminar dentro de una casa, rebotando lejos por la calle de tierra o en algún tinglado. Los equipos podían tener 7 o 10 o 15 jugadores. Cualquier edad daba lo mismo. Jugaba yo con 7, 8 o 12 años, jugaban pibes de la zona, jugaban obreros que se prendían después del trabajo, se sumaba algún que otro maestro, un viajante de comercio, jugaba algún peón de campo, todos. Siempre había lugar para patear una número cinco maltrecha, con algunos gajos sueltos. Los que llegaban con el partido empezado, siempre tenían lugar. Era más fácil llegar de a dos. "¡Uno para cada lado!" Y listo. "Vos pateás para allá, con él y aquél". El partido no paraba. Las normas eran claras: jugar, casi nunca se cobraba foul salvo lo muy flagrante, y a lo sumo se discutía un poco por los límites de la cancha, o cuando no había travesaño, acaso se dudaba si había sido gol o no. En los veranos de Urdampilleta, provincia de Buenos Aires, el partido empezaba cuando aflojaba el sol y terminaba cuando la pelota ya no se veía, al anochecer. Se hacía cada gol en esos partidos... cada pase... cada gambeta... jugadas que morían sin replays, sin repeticiones super slow que hoy sí tienen partidos olvidables los viernes a la noche. Me sorprendo recordando caras de compañeros casuales, apodos que sólo mencioné en picados y nunca más (el "cochi", por ejemplo, un zurdo que la rompía). Muchas veces se dice que se educa en la casa y en la escuela, pero lo que educa un picado, no tiene nombre. ¿Qué es si no solidaridad en estado puro el tirarse al piso para robar una pelota y dársela al otro para que haga el gol? Es ofrecerse sin nada a cambio, no hay nadie viendo, sólo el sentido de que esta jugada se hace tirando juntos para el mismo lado. Uh! me estoy acordando de un gol muy lindo, que yo sé que existió, y está sólo en mi mente, pero que fue un gol clave: ese día me di cuenta que la pierna era más fuerte que la pelota, que patear de lejos era posible y no sólo cosa de grandes. Aprendí que de a poquito todo llega. TyC Sports se lo perdió.

domingo, 8 de junio de 2008

La librería

El sábado descubrí que a pocas cuadras de mi casa hay una librería de otra época. Nunca la había visto porque atiende con las persianas a medio bajar y los vidrios están como empañados por el tiempo. Un cartelito cuelga torcido y anuncia un descolorido "abierto". Al entrar, todo parece estar allí hace años, los pisos son de madera, el ambiente es amplio a la antigua y la vendedora es una señora bajita, amorosa, que estaba abrigada, con bufanda y gorro de lana arrolando unos papeles. En eso me atiende, con suma amabilidad, y suena el teléfono. Suena, suena y suena, hasta que a pasitos cortos llega a atender. "Hola, sí", dice. Y responde: "Ah, ¿sí?, con razón, ahora me lo saco, me estaba muriendo de calor". Tras cortar, me dijo: "Hace 14 grados, y yo así de abrigada. Menos mal que me avisaron". Menos mal, realmente. Miré alrededor, y entendí todo.

lunes, 2 de junio de 2008

Argumento para ateos

La muela de juicio, la de arriba a la izquierda, por momentos me duele horrores. Mi dentista, que en un exceso de confianza puede llegar a largar apenas un "enjuáguese", hace poco me tapó un agujero prominente en ella y me pronosticó: "Si sigue doliendo, la sacamos". Estoy en eso, me duele horrores y tengo que aguantar hasta el turno del jueves. Mientras tanto, descubrí un irrefutable argumento para que los ateos le escupan en la cara a los creyentes. Si D/dios existiera, perfecto y todopoderoso, guía del Diseño Inteligente ¿para qué le hizo cuatro muelas de más a sus creaciones humanas? Me cacho.