- Ah, qué va a hacer. Hay que creer. Veintiséis años viviendo acá. Soy la primera propietaria, y sí. Hay que creer. Vengo de misa. Fui a la de las siete porque a la de las 10 hay mucha gente. Pero a mí me gusta andar. Si hay que bailar bailo, si hay que correr, corro. Y sí, hay que creer. Bueno joven, hasta luego buen mozo. Dios bendiga.
Siempre termina así: Dios bendiga.
