martes, 27 de mayo de 2008
Gente de manual
He optado por rascarme la panza de risa cada vez que me cruzo con gente de manual bajo el brazo. Ya sea con los que llevan el manual religioso, que pontifica qué nos salva y qué nos condena. O con los que llevan el de la experiencia, que enseña "cómo she hashen las coshas, papá". Ni qué hablar de los que blanden el manual del fútbol, grandes enumeradores de formaciones (incomprobables) de equipos de hace 40 años. O, tremenda plaga, de la gente que nunca una ve "una película", sino que ve "la mejor película del año" o "un claro reflejo del nuevo cine argentino" o "una típica expresión" de alguna corriente de vaya saber uno qué. Prefiero, me doy cuenta, a la gente del no sé fácil.
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